Las primeras elecciones al Parlamento Europeo tuvieron lugar en 1979. Los españoles tendríamos que esperar una década para poder participar. Fueron en esas elecciones, las europeas de 1989, donde la voluntad electoral de la ciudadanía europea se tradujo en una mayoría progresista en el
Parlamento Europeo.
Esta afirmación no está exenta de matices e interpretaciones dado el variopinto arco idológico parlamenatario. En 1989 la suma de escaños de los grupos socialista, comunista y ecologista rozó el 50 % del total de la cámara, mientras conservadores, liberales y la ultraderecha obtuvieron el 45 %. El resto, eurodiputados no adscritos e independientes. (Ver gráfico)
Aquí podéis ver la configuración del Parlamento según la proyección que acaba de realizar la propia institución en base a sus últimos sondeos electorales. (Ver gráfico)
A menos de dos meses de la cita electoral de mayo, el grupo de la alianza progresista de socialistas y demócratas junto a los verdes y al grupo confederal de la izquierda unitaria europea obtendrían según estos sondeos 304 escaños.
En cambio las familias de la derecha europea sumarían en conjunto 310. Partido Popular Europeo junto al grupo de la alianza de los liberales y demócratas por Europa y el grupo de los conservadores y reformistas europeos. Un empate técnico que habrá que resolver el próximo 25 de mayo.