Artículo publicado el 28 de diciembre de 2016 en el periódico El Mundo-El
Correo de Burgos.
Después de las elecciones municipales de 2015, en las que el PP
perdió cinco concejales y la mayoría absoluta, C’s tuvo la oportunidad
de que la ciudad tuviera un nuevo gobierno municipal; sin embargo tres
de sus cuatro concejales electos decidieron votar a la Sra. Bañeres como
alcaldesa mientras que la cuarta se abstuvo, provocando así la
reelección del Sr. Lacalle como Alcalde, a pesar de obtener solo 10
votos frente a los 13 de un servidor.
Desde entonces, los concejales socialistas hemos interiorizado que
mientras no pudiéramos obtener los apoyos suficientes para gobernar, no
íbamos a contribuir a parar la ciudad. Por eso durante el tiempo que
llevamos de mandato municipal, hemos ejercido una oposición exigente,
útil y responsable, logrando desarrollar en el seno del Ayuntamiento los
compromisos que adquirimos con nuestros vecinos, alcanzado acuerdos con
todos los grupos políticos municipales. Lo hemos demostrado también
decidiendo sobre los instrumentos más importantes del Ayuntamiento: El
presupuesto, las ordenanzas, los consorcios…
Pero era evidente que no íbamos a desaprovechar la oportunidad de
demostrar desde el gobierno lo que estamos haciendo desde la oposición,
si aquellos que impidieron el cambio en 2015 lo posibilitan año y medio
después. Y ese momento llegó el pasado 11 de noviembre, cuando C’s hace
público su malestar con el equipo de gobierno y su deseo de llegar a un
acuerdo con PSOE e Imagina para presentar una moción de censura contra
Lacalle. El único requisito era que previamente los dos grupos de
izquierda llegaran a un acuerdo al que posteriormente se sumarían los
concejales de la formación naranja.
Desde las elecciones municipales hasta el Pleno de constitución, las
distintas formaciones políticas tuvimos 20 días para conformar un
Gobierno. El PSOE, a sabiendas de que el proceso para la moción de
censura propuesto por C’s no se podía demorar indefinidamente, también
fijó un plazo para conseguir un nuevo acuerdo, concretamente el doble
del que tuvimos para alcanzar un acuerdo hace año y medio, 41 días. El
acuerdo entre PSOE e Imagina se logró en una semana. No obstante, ya
teníamos la experiencia del pacto para la investidura por lo que no nos
resultó difícil reeditarlo. En apenas 7 días les dimos traslado de un
programa de gobierno serio, para dos años y medio, que proporcionaba
mayor estabilidad institucional y mayor gobernabilidad ya que el nuevo
Gobierno estaría respaldado por 16 de 27 concejales.
Durante las tres semanas siguientes estuvimos esperando la respuesta
de C’s al preacuerdo entre PSOE e Imagina. Mientras tanto, desde la
formación naranja se ofreció todo un carrusel de declaraciones
contradictoras entre distintos responsables políticos. El grupo
municipal de C’s señalando al Comité Ejecutivo Nacional como el órgano
que tenía que decidir sobre la moción en Burgos. El Sr. Rivera diciendo
que es un tema que tenía que resolverse desde la dirección regional con
los concejales de Burgos. La dirección regional echando balones fuera y
concertando una reunión en Valladolid entre la Sra. Bañeres y el Sr.
Lacalle… Finalmente la respuesta de C’s al preacuerdo entre PSOE e
Imagina no se produjo. En cambio, lo que sí que se produjo fue el
anuncio de C’s de que suspendían la moción de censura para hacerle una
contrapropuesta al Sr. Lacalle y al PP que garantizara la gobernabilidad
del Ayuntamiento. C’s pasó en apenas unas semanas de querer echar a
Lacalle a querer gobernar con él. Algo inaudito. Surrealista.
El PSOE es un partido serio y responsable que cumple, siempre, sus
compromisos. Quisimos darle una oportunidad a la moción de censura que
nos propuso C’s, y establecimos un plazo más que razonable para lograr
un acuerdo. Suspendimos las negociaciones con el PP sobre el presupuesto
municipal de 2017 para posibilitar que su aprobación se produjera con
un nuevo gobierno de cambio progresista presidido por un nuevo alcalde.
Pero finalizado el plazo que nos dimos y ante la contradicción
permanente de C’s, planteando que alarguemos unos meses la inestabilidad
municipal hasta comprobar si Lacalle, ahora sí, les toma en
consideración o no, dimos por zanjado este proceso.
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